Ella siempre le tendió
la mano.
Y ahora está ahí,
tendida en el fondo
de su corazón,
como dormida.
Quisiera saber
qué siente;
qué sueños la empujan
a no despertar.
Ella no lo supo nunca.
Creo que sigue luchando
por ahogar sus gritos.
La impotencia
es realmente agotadora.
Quisiera saber
por qué miente,
a quién pretende engañar.
Acojonadito me tienes, pequeña. Qué bien lo haces.
ResponderEliminarAdelante, enhorabuena.
Me interesa mucho tu opinión, lo sabes. Dímelo todo, vale?
ResponderEliminarUn beso, Hugo.