Nuestros cuerpos fueron uno.
Tu aliento en mi piel quemaba
y mi cuerpo,
bajo el tuyo prisionero,
vibraba.
El ritmo de tus caderas
marcando el de mis jadeos
me excitaba.
Nuestros cuerpos fueron uno.
Tu lengua ardía en mi boca
al tiempo que tus manos sin temor
me acariciaban.
Y me miraste a los ojos
y te abracé con los pies
y suspirabas.
Nuestros cuerpos fueron uno
y tú no estabas.
Me gustan varias imagenes verbales que has creado en este escrito.
ResponderEliminar"...y mi cuerpo, bajo el tuyo prisionero"
"El ritmo de tus caderas
marcando el de mis jadeos"
"y te abracé con los pies"
Casi te veo.
De la envidia que me da, ni te hablo.
"y tú no estabas"
Esto me parecio definitivo.
...Aunque me preocupa que las mujeres os deis cuenta de que somos prescindibles.
no sois prescindibles.. eso jamás
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