4 de mayo de 2008

lágrimas de adios




Llorar ya no me reconforta.

Ya ni deshidratándome

encontraría consuelo.


Se secó la fuente

de dónde salen mis lágrimas,

de tanto usarla en vano.


Se apagaron las luces

de la calle por la que venías

y no has llegado.

5 comentarios:

  1. preciosamente triste. el vacío es más vacío con las luces apagadas.

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  2. Sabes, Telma?
    La fuente de las lágrimas siempre se regenera.
    Jodido pero cierto.
    Nunca se vacía para siempre.
    Y tampoco sé si sería bueno.
    Tristemente precioso.

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  3. Lo sé María, de hecho era para convencerme, pero me siguen quedando lágrimas.

    Gracias guapa

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  4. Al final, siempre se apagan las luces.

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